sábado, 15 de agosto de 2009

EL COMIENZO DEL CALVARIO







El 17 de junio de 2009, un cercano pariente recibe una llamada telefónica de un familiar que reside en Madrid , comunicándole que ha visto personas dsconocidas en el Edificio de tres apartamentos en el madrileño barrio de Entrevías, cuya construcciòn acababa de finalizar a principios de este mismo año, con la intención inicial de entregar dos de los apartamentos a sus dos hijas y quedarse el tercero .

Como no residimos en Madrid actualmente, contacta con una de sus hijas que vive en dicha Capital para que compruebe tal extremo en presencia de la Policía; confirmándose poco después que ha sido cambiada la cerradura de la cancela del portal de entrada y colocado además una gruesa cadena con un candado de seguridad para impedir el acceso y que ha sido ocupado por personas desconocidas .

Tras llamar la Policía a los timbres baja hasta la cancela del portal la niñata que ocupaba el apartamento de la primera planta, y con total desparpajo intenta negociar con la hija de mi pariente un alquier barato con la promesa de cuidar bien el edificio. Ante la rotunda negativa de la hija y la negativa de la okupa a desalojar el edificio y permitir el paso a la hija del propietario, la Policía procede a su identificaciòn, e invita a esta última a denunciar el hecho en Comisaría.
Finalmente la denuncia en la Comisaría correspondiente a su domicilio, fuera de Madrid, la realiza su padre, solicitando sea remitida copia de la misma por fax, a la Comisaría madrileña del Puente de Vallecas, que es la correspondiente al edificio ocupado, con la intenciòn de desplazarse al día siguiente a Madrid para comprobar personalmente la situación y gestionar las acciones mas convenientes para un rápido desalojo .

Llegados a Madrid nos encontramos, saliendo del portal a uno de los ocupantes, por lo que llamamos al 091 para que proceda a su identificación y la de las personas que en ese momento se encuentren en la vivienda. Personada la patrulla policial e identificado el okupa, les requerimos para que identifiquen a quienes se encuentren en el interior. Llamada al timbre de la primer planta. Sale por la ventana una niñata y la policía la invita a bajar con su DNI. Tras insistir y a regañadientes, baja hasta la cancela del portal sin abrirla, se identifica con el DNI y declara a preguntas que le formulan, que ha entrado porque no tiene donde vivir y que como el edificio está vacio lo ha ocupado junto con otros amigos. Es invitada a salir, a lo que se niega, negándo igualmente la entrada tanto al propietario como a la Policía. No obstante, y como ocurriera el día anterior intenta, sin éxito, entablar una negociaciòn con el propietario para conseguir un alquiler a bajo precio con la promesa de cuidar bien del edificio.

Finalmente se repite la escena del día anterior. La policia nos invita a denunciar el hecho en la Comisaría del Puente de Vallecas, en la que ellos comparecerán para comunicar el resultado de su intervenciòn.

A continuación nos dirigimos a la Comisaría, y tras esperar de pie en la antesala, nuestro turno, durante algo mas de una hora, ampliamos la denuncia efectuada el día anterior. El jefe de la Oficina denuncias, mirándonos como a un par de pardillos nos da ánimos, diciéndonos que con la denuncia penal no conseguiremos nada, si no presentamos querella o demanda civil con abogado y procurador. Le agradezco el consejo y le insisto en que tramite la denuncia y cumpla con sus obligaciones; que de lo demas ya nos encargaremos nosotros.

Finalizada la denuncia, acudimos a la cita con un despacho de abogados que previamente nos habían recomendado, a fin de consultar el tema y otorgar poderes para ejercer las acciones legales pertinentes, a fin de lograr un desalojo lo mas pronto posible.

La Abogada que nos atiende nos previene que tal como están los Juzgados será dificil obtener una resoluciòn antes de seis meses, pudiendo prolongarse hasta por menos un año o más dependiendo de la actuación del abogado de los okupas, y del Juzgado que toque en el reparto.

Un compañero de despacho nos acompaña hasta una notaría cercana para otorgar poderes y tras abonar un anticipo de la provisión de fondos para cubrir los gatos de la futura minuta de honorarios, tomamos el coche para volver a nuestro lugar de residencia.

Antes de tomar la autovía, pasamos nuevamente por el edificio ocupado, y comprobamos que en la segunda planta hay una ñiñata distinta a la que nos recibió, asomada a la ventana hablando por teléfono, y que la persiana de la tercera planta ha sido levantada; signos ambos inequívocos de que no solo han ocupado la primera planta sino tambien las dos restantes, y de que los ocupantes son mas de los que hemos identificado .

Por ello al llegar al lugar de nuestra residencia y al día siguiente volvemos a ampliar una vez mas la denuncia, solicitando que se envie por fax a la Comisaría del Puente de Vallecas, para que tengan conocimiento de tal hecho nuevo.

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